¡Hola! Recientemente por la mañana conversando con el hermano Awó Ifá Lerí Alarí, me di cuenta que hace un tiempo hablé de los saludos a los Òrìṣà y sin embargo obvié el saludo oral (lo que se dice) cuando se le rinde mo f’orí balẹ̀ a Òrúnmìlà. Para no aburrirlos e ir directamente al punto, explicaré cómo surgió el muy conocido saludo de Àbọrú, Àbọyè, Àbọşíşẹ (que popularmente se menciona como Iború, Iboya, Iboshishe). Hay muchas versiones de cómo surgen estos nombres. Comúnmente se conocen 3 historias; pero les voy a contar la que a mi criterio es la más acertada.

Àbọrú, Àbọyè, Àbọşíşẹ eran los nombres de las tres hijas del rey Ọlọ́fin de la tierra de Òkò. Este se las entregó a Òrúnmìlà en agradecimiento para que fueran sus esposas. Esta Ìtàn (historia) lo podemos apreciar en el Odù Ògúndá Méjì (Àgùnsìn).

Cuenta Ògúndá Méjì que:
Ọlọ́fin en cierta ocasión, en el reino de Okò, citó a todos los Awó a palacio y los apresó. Solamente faltaba Ọ̀rúnmìlà por prender, que también fue citado, pero demoró un poco en partir pues antes de ir había realizado ẹbọ (sacrificio) y luego de ello, cocinó 3 gallinas para llevarlas camino a palacio en su bolso de Ifá.
Por el camino se sentó debajo de una mata y vio en la orilla del río a una mujer. Empezó a entablar conversación con ella y la mujer le dijo: “¡Cuidado! Veo pariendo una cepa de plátanos”. Además, la mujer le dijo que había muchas trampas por el camino.
Ọ̀rúnmìlà le dio una gallina y agradecido le preguntó que cómo se llamaba, para verla cuando regresara, y esta le dijo: “Àbọrú”.
Ọ̀rúnmìlà siguió su camino y se encontró con otra mujer que al verlo le dijo: “A todas las gentes las tienen presas. ¡Ten cuidado!”. Ọ̀rúnmìlà le dio una gallina y le preguntó cómo se llamaba, y ella le contestó: “Àbọyè”. Ọ̀rúnmìlà se despidió y le dijo que seguiría camino. Más adelante se encontró con otra mujer, que le dijo que Ọlọ́fin quería casar a sus hijas. Ọ̀rúnmìlà le regaló la última gallina y le preguntó el nombre; a lo que la mujer le contestó: “Àbọşíşẹ”.
Ọ̀rúnmìlà siguió su camino y llegó al palacio de Ọlọ́fin, el cual al verlo le dijo: “Te estaba esperando para que me registraras, porque tengo en una habitación a una pariente en estado y quería ver que ẹbọ necesita para que pueda parir bien.”
Ọ̀rúnmìlà, que en esta tierra se llamaba Àgùnsìn, sabía de la trampa y le contestó, que no necesitaba ẹbọ, porque la cepa de plátano no podía parir. De esta manera descubrió el secreto de Ọlọ́fin. Además, le dijo que él tenía presos a todos los demás Awó debido a que no habían sido capaces de adivinar que él (Ọlọ́fin) pensaba casar a sus hijas.
Ọlọ́fin desconcertado, y viendo que todo era verdad, soltó a todos los babalawos. Al salir Ọ̀rúnmìlà los regañó y les dijo que eso les había pasado por desobedientes y por no realizar sacrificios. Cuando le agradecieron por salvarlos, él dijo que: “Mo dúpẹ́”; pero que desde ese día había que decir: Àbọrú, Àbọyè, Àbọşíşẹ (Ìbọrú, Ìbọyè, Ìbọşíşẹ).

En resumen, Ọ̀rúnmìlà advierte a sus hijos que para lograr cualquier cosa, antes debe de realizarse un sacrificio. De ahí que estas palabras sean claves para la compresión religiosa de todo yorùbá.

El significado es:
Àbọrú (Kí ẹbọ ó fín): Que el sacrificio sea cumplido.
Àbọyè (Kí ẹbọ ó dà): Que el sacrificio sea aceptado.
Àbọşíşẹ (Kí ẹbọ ó şẹ): Que el sacrificio sea manifiesto y ponga en movimiento a las fuerzas divinas.

Eso significa la frase que tanto decimos, donde garantizamos a Ọ̀rúnmìlà que estamos dispuestos primero a dar para luego recibir.

Por otra parte, en Nigeria existen muchas expresiones similares a la anterior para saludar a diferentes divinidades, por ejemplo:

Mo yìnbọrú: Yo doy mi respeto a Ìbọrú, la princesa (hija) del rey Ọlọ́fin.
Mo yìnbọyè: Yo doy mi respeto a Ìbọyè, la princesa (hija) del rey Ọlọ́fin.
Mo yìnbọşíşẹ: Yo doy mi respeto a Ìbọşíşẹ, la princesa (hija) del rey Ọlọ́fin.
También tenemos a:
Ẹ̀làbọrú: Ẹ̀là espíritu de la pureza, que el sacrificio sea cumplido.
Ẹ̀làbọyè: Ẹ̀là espíritu de la pureza, que el sacrificio sea aceptado.
Ẹ̀làbọşíşẹ: Ẹ̀là espíritu de la pureza, que el sacrificio sea manifiesto y ponga en movimiento a las fuerzas divinas.

Espero que esta pequeña explicación haya servido de algo. Doy gracias además al àbúrò Awó Ifá Lerí Alarí por recomendarme tan excelente tema.

Mo dúpẹ́ Pùpọ́!
¡Muchas gracias!

Ifáràbàle
:: Ilé Ifá Ìwà Sùúrù ::

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¡Hola! Recientemente por la mañana conversando con el hermano Awó Ifá Lerí Alarí, me di cuenta que hace un tiempo hablé de los saludos a los Òrìṣà y sin embargo obvié el saludo oral (lo que se dice) cuando se le rinde mo f’orí balẹ̀ a Òrúnmìlà. Para no aburrirlos e ir directamente al punto, explicaré cómo surgió el muy conocido saludo de Àbọrú, Àbọyè, Àbọşíşẹ (que popularmente se menciona como Iború, Iboya, Iboshishe). Hay muchas versiones de cómo surgen estos nombres. Comúnmente se conocen 3 historias; pero les voy a contar la que a mi criterio es la más acertada.

Àbọrú, Àbọyè, Àbọşíşẹ eran los nombres de las tres hijas del rey Ọlọ́fin de la tierra de Òkò. Este se las entregó a Òrúnmìlà en agradecimiento para que fueran sus esposas. Esta Ìtàn (historia) lo podemos apreciar en el Odù Ògúndá Méjì (Àgùnsìn).

Cuenta Ògúndá Méjì que:
Ọlọ́fin en cierta ocasión, en el reino de Okò, citó a todos los Awó a palacio y los apresó. Solamente faltaba Ọ̀rúnmìlà por prender, que también fue citado, pero demoró un poco en partir pues antes de ir había realizado ẹbọ (sacrificio) y luego de ello, cocinó 3 gallinas para llevarlas camino a palacio en su bolso de Ifá.
Por el camino se sentó debajo de una mata y vio en la orilla del río a una mujer. Empezó a entablar conversación con ella y la mujer le dijo: “¡Cuidado! Veo pariendo una cepa de plátanos”. Además, la mujer le dijo que había muchas trampas por el camino.
Ọ̀rúnmìlà le dio una gallina y agradecido le preguntó que cómo se llamaba, para verla cuando regresara, y esta le dijo: “Àbọrú”.
Ọ̀rúnmìlà siguió su camino y se encontró con otra mujer que al verlo le dijo: “A todas las gentes las tienen presas. ¡Ten cuidado!”. Ọ̀rúnmìlà le dio una gallina y le preguntó cómo se llamaba, y ella le contestó: “Àbọyè”. Ọ̀rúnmìlà se despidió y le dijo que seguiría camino. Más adelante se encontró con otra mujer, que le dijo que Ọlọ́fin quería casar a sus hijas. Ọ̀rúnmìlà le regaló la última gallina y le preguntó el nombre; a lo que la mujer le contestó: “Àbọşíşẹ”.
Ọ̀rúnmìlà siguió su camino y llegó al palacio de Ọlọ́fin, el cual al verlo le dijo: “Te estaba esperando para que me registraras, porque tengo en una habitación a una pariente en estado y quería ver que ẹbọ necesita para que pueda parir bien.”
Ọ̀rúnmìlà, que en esta tierra se llamaba Àgùnsìn, sabía de la trampa y le contestó, que no necesitaba ẹbọ, porque la cepa de plátano no podía parir. De esta manera descubrió el secreto de Ọlọ́fin. Además, le dijo que él tenía presos a todos los demás Awó debido a que no habían sido capaces de adivinar que él (Ọlọ́fin) pensaba casar a sus hijas.
Ọlọ́fin desconcertado, y viendo que todo era verdad, soltó a todos los babalawos. Al salir Ọ̀rúnmìlà los regañó y les dijo que eso les había pasado por desobedientes y por no realizar sacrificios. Cuando le agradecieron por salvarlos, él dijo que: “Mo dúpẹ́”; pero que desde ese día había que decir: Àbọrú, Àbọyè, Àbọşíşẹ (Ìbọrú, Ìbọyè, Ìbọşíşẹ).

En resumen, Ọ̀rúnmìlà advierte a sus hijos que para lograr cualquier cosa, antes debe de realizarse un sacrificio. De ahí que estas palabras sean claves para la compresión religiosa de todo yorùbá.

El significado es:
Àbọrú (Kí ẹbọ ó fín): Que el sacrificio sea cumplido.
Àbọyè (Kí ẹbọ ó dà): Que el sacrificio sea aceptado.
Àbọşíşẹ (Kí ẹbọ ó şẹ): Que el sacrificio sea manifiesto y ponga en movimiento a las fuerzas divinas.

Eso significa la frase que tanto decimos, donde garantizamos a Ọ̀rúnmìlà que estamos dispuestos primero a dar para luego recibir.

Por otra parte, en Nigeria existen muchas expresiones similares a la anterior para saludar a diferentes divinidades, por ejemplo:

Mo yìnbọrú: Yo doy mi respeto a Ìbọrú, la princesa (hija) del rey Ọlọ́fin.
Mo yìnbọyè: Yo doy mi respeto a Ìbọyè, la princesa (hija) del rey Ọlọ́fin.
Mo yìnbọşíşẹ: Yo doy mi respeto a Ìbọşíşẹ, la princesa (hija) del rey Ọlọ́fin.
También tenemos a:
Ẹ̀làbọrú: Ẹ̀là espíritu de la pureza, que el sacrificio sea cumplido.
Ẹ̀làbọyè: Ẹ̀là espíritu de la pureza, que el sacrificio sea aceptado.
Ẹ̀làbọşíşẹ: Ẹ̀là espíritu de la pureza, que el sacrificio sea manifiesto y ponga en movimiento a las fuerzas divinas.

Espero que esta pequeña explicación haya servido de algo. Doy gracias además al àbúrò Awó Ifá Lerí Alarí por recomendarme tan excelente tema.

Mo dúpẹ́ Pùpọ́!
¡Muchas gracias!

Ifáràbàle
:: Ilé Ifá Ìwà Sùúrù ::

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One Comment

  1. Donato Fuentes 31/03/2022 at 1:53 pm - Reply

    es para mi una inquietud sobre estos temas

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