Oshún es la fuerza femenina arquetípica; ella contiene la semilla de todas las manifestaciones posibles. Está saturada de misterio tan rica en esencia que no podemos imaginar la totalidad de sus posibilidades. Se dice que Oshún es la primera fuerza femenina que llegó a Ayé (la tierra). Ella llegó a la tierra con miel dulzura y los secretos del erotismo. Muchas historias se han contado sobre Oshún pero su demnominador común es su espíritu libre que enfrenta a opresores y críticos cuando se ve obstaculizada su libertad de expresión. Su ausencia siempre trae devastación de algún tipo porque ella es el misterio de la reflexión, la dueña de la danza y el espíritu de la belleza. Ella es el misterio erótico y es el deseo que nos mueve hacia adelante. Oshún es la fuerza que convierte el hierro en joyas y lo vasto en elegancia, ella es el espíritu mismo de la elegancia y la gentileza seductora. Oshún está representada por animales como la codorniz, el pavo real y el cocodrilo y en metales como el bronce, el cobre y el oro.
Las tradiciones de Osogbo de donde es el origen de su culto transmiten que ella fue una manifestación directa de Olódùmarè y en relación con esto tenemos innumerables mitos que cuentan cómo conquistó a cada uno de los poderes masculinos que se negaron a reconocerla. Todavía se le da énfasis a sus atributos como el espíritu que asegura el comercio exitoso que aporta dinero y riqueza y que toca todo con belleza. Ella es omi tutu, aguas dulces y frías. Cocodrilos y lagartos que viven en pantanosas aguas dulces representan su aspecto cuando sus frías aguas se calientan.
En el estado de Ògún se dice que Oshún era la hija de Yemayá; Cuenta cómo Yemayá tuvo dificultades para dar a luz a un niño debido a varios abortos involuntarios. Cuando al fin logró quedarse embarazada a través del sabio consejo de Ọ̀rúnmìlà de bañarse solo en agua fría y evitar cualquier tipo de medicina. El embarazo a pesar de ser un proceso delicado dio como resultado una niña frágil y hermosa. Ella experimentó un sangrado severo del cordón umbilical y Yemayá se angustió ante la posibilidad de perder otro hijo. Inmediatamente llamó a Ọ̀rúnmìlà quien tomó su placenta, dieciséis conchas de cauríes, dieciséis nueces de kola y dieciséis nueces de kola amarga y sacrificó a Ọ̀nilé el dueño de la tierra. Pidió a Ògún que lo ayudara a llevar el sacrificio a la parte más profunda del río donde el agua estaba más fría al día siguiente. Las conchas de los caracoles fueron separadas, de esta forma ocho fueron guardadas por Ọ̀rúnmìlà y las ocho restantes por Yemayá. Posteriormente las dieciséis conchas fueron entregadas a Oshún quien creció rápidamente en salud y belleza. Desde ese momento Ọ̀rúnmìlà ganó un lugar especial en la vida de Oshún este le dio el regalo de leer el oráculo de la concha de cauríes que llevó a Oshún a ser vista como la esposa original (apetẹbi) de Ifá. Con el don de los oráculos y el poder natural para embellecer y aumentar el poder de las aguas frías y calmantes, por esto se le asignó un lugar único en la cosmología Yorùbá. Ògún puede ser visto como su padrino ya que fue él quien dio los pasos necesarios para completar el sacrificio que Ọ̀rúnmìlà comenzó para asegurar que su vida fuera afortunada y bendecida. Oshún vino a Ayé santificada con fuerza y sabiduría para apoyar su belleza y elegancia y de esta perfección femenina nació.
Oshún es el agua fría que hace que nuestra conciencia sea tranquila y pacífica pero también es la pasión que vive en nuestro corazón, es el río que conecta a Orí con nuestro corazón.
Ella tiene una relación muy profunda con las brujas ancestrales pero sus prácticas son muy diferentes de las energías usualmente asociadas a estas. Sin embargo, Oshún y las brujas se encuentran en el concepto de abundancia relacionado con la pasión. Oshún puede verse como la belleza del Sol mientras que las brujas obtienen su poder de la Luna. Oshún se manifiesta en Oshé méjì que está relacionado con la victoria provocada por la posesión de la sabiduría y la intuición que se ve como una fórmula para la abundancia. Oshé méjì nos dice que Oshún aprendió los secretos de la abundancia de Obàtálá específicamente que ella aprendió a activar su potencia para generar abundancia y aumentarla a través de su ayuda. Ella logró esto usando su aṣẹ de funké el poder de atracción que a menudo tiene una connotación erótica. Lo erótico se trata de la simpatía entre dos fuerzas que conduce al deseo de fusionarse. Con Oshún y Obàtálá vemos un campo de deseo generado por omi tutu o aguas frías que buscan una disposición tranquila y una conciencia gozosa que da nacimiento a la elegancia y la creatividad. Ella enciende la pasión sexual y la creatividad, ella es la fuerza que conduce a la abundancia. Oshún es poderosa, aunque su poder está particularmente relacionado con los elementos frágiles de la creación.
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Oshún es la fuerza femenina arquetípica; ella contiene la semilla de todas las manifestaciones posibles. Está saturada de misterio tan rica en esencia que no podemos imaginar la totalidad de sus posibilidades. Se dice que Oshún es la primera fuerza femenina que llegó a Ayé (la tierra). Ella llegó a la tierra con miel dulzura y los secretos del erotismo. Muchas historias se han contado sobre Oshún pero su demnominador común es su espíritu libre que enfrenta a opresores y críticos cuando se ve obstaculizada su libertad de expresión. Su ausencia siempre trae devastación de algún tipo porque ella es el misterio de la reflexión, la dueña de la danza y el espíritu de la belleza. Ella es el misterio erótico y es el deseo que nos mueve hacia adelante. Oshún es la fuerza que convierte el hierro en joyas y lo vasto en elegancia, ella es el espíritu mismo de la elegancia y la gentileza seductora. Oshún está representada por animales como la codorniz, el pavo real y el cocodrilo y en metales como el bronce, el cobre y el oro.
Las tradiciones de Osogbo de donde es el origen de su culto transmiten que ella fue una manifestación directa de Olódùmarè y en relación con esto tenemos innumerables mitos que cuentan cómo conquistó a cada uno de los poderes masculinos que se negaron a reconocerla. Todavía se le da énfasis a sus atributos como el espíritu que asegura el comercio exitoso que aporta dinero y riqueza y que toca todo con belleza. Ella es omi tutu, aguas dulces y frías. Cocodrilos y lagartos que viven en pantanosas aguas dulces representan su aspecto cuando sus frías aguas se calientan.
En el estado de Ògún se dice que Oshún era la hija de Yemayá; Cuenta cómo Yemayá tuvo dificultades para dar a luz a un niño debido a varios abortos involuntarios. Cuando al fin logró quedarse embarazada a través del sabio consejo de Ọ̀rúnmìlà de bañarse solo en agua fría y evitar cualquier tipo de medicina. El embarazo a pesar de ser un proceso delicado dio como resultado una niña frágil y hermosa. Ella experimentó un sangrado severo del cordón umbilical y Yemayá se angustió ante la posibilidad de perder otro hijo. Inmediatamente llamó a Ọ̀rúnmìlà quien tomó su placenta, dieciséis conchas de cauríes, dieciséis nueces de kola y dieciséis nueces de kola amarga y sacrificó a Ọ̀nilé el dueño de la tierra. Pidió a Ògún que lo ayudara a llevar el sacrificio a la parte más profunda del río donde el agua estaba más fría al día siguiente. Las conchas de los caracoles fueron separadas, de esta forma ocho fueron guardadas por Ọ̀rúnmìlà y las ocho restantes por Yemayá. Posteriormente las dieciséis conchas fueron entregadas a Oshún quien creció rápidamente en salud y belleza. Desde ese momento Ọ̀rúnmìlà ganó un lugar especial en la vida de Oshún este le dio el regalo de leer el oráculo de la concha de cauríes que llevó a Oshún a ser vista como la esposa original (apetẹbi) de Ifá. Con el don de los oráculos y el poder natural para embellecer y aumentar el poder de las aguas frías y calmantes, por esto se le asignó un lugar único en la cosmología Yorùbá. Ògún puede ser visto como su padrino ya que fue él quien dio los pasos necesarios para completar el sacrificio que Ọ̀rúnmìlà comenzó para asegurar que su vida fuera afortunada y bendecida. Oshún vino a Ayé santificada con fuerza y sabiduría para apoyar su belleza y elegancia y de esta perfección femenina nació.
Oshún es el agua fría que hace que nuestra conciencia sea tranquila y pacífica pero también es la pasión que vive en nuestro corazón, es el río que conecta a Orí con nuestro corazón.
Ella tiene una relación muy profunda con las brujas ancestrales pero sus prácticas son muy diferentes de las energías usualmente asociadas a estas. Sin embargo, Oshún y las brujas se encuentran en el concepto de abundancia relacionado con la pasión. Oshún puede verse como la belleza del Sol mientras que las brujas obtienen su poder de la Luna. Oshún se manifiesta en Oshé méjì que está relacionado con la victoria provocada por la posesión de la sabiduría y la intuición que se ve como una fórmula para la abundancia. Oshé méjì nos dice que Oshún aprendió los secretos de la abundancia de Obàtálá específicamente que ella aprendió a activar su potencia para generar abundancia y aumentarla a través de su ayuda. Ella logró esto usando su aṣẹ de funké el poder de atracción que a menudo tiene una connotación erótica. Lo erótico se trata de la simpatía entre dos fuerzas que conduce al deseo de fusionarse. Con Oshún y Obàtálá vemos un campo de deseo generado por omi tutu o aguas frías que buscan una disposición tranquila y una conciencia gozosa que da nacimiento a la elegancia y la creatividad. Ella enciende la pasión sexual y la creatividad, ella es la fuerza que conduce a la abundancia. Oshún es poderosa, aunque su poder está particularmente relacionado con los elementos frágiles de la creación.