La letra del año una tradición ancestral que perdura.
La Letra del Año es una ceremonia de gran importancia dentro de la religión Yorùbá que se practica en Cuba desde finales del siglo XIX. A través de esta ceremonia, los babalawos consultan el oráculo de Ifá para recibir mensajes y recomendaciones espirituales que guíen a la comunidad durante el nuevo año. Esta tradición ha sido clave para preservar el legado africano en la isla, aún frente a la represión social y política.
Orígenes de Remigio Herrera “Adeshina”
El primero en realizar la Letra del Año en Cuba fue Ño Remigio Herrera, conocido en el mundo religioso como Adeshina — Obara Méjì, de origen africano. Llegó a Cuba como esclavo alrededor de 1830 y se convirtió en una piedra angular del mantenimiento del oráculo Ifá en la diáspora.
Históricamente se reconoce que, aunque no se precisa la fecha exacta, fue a finales del siglo XIX cuando Adeshina realizó la primera lectura de la Letra del Año en la isla.
Una narración característica detalla cómo, antes de su esclavitud, Adeshina se tragó el fundamento del orisha Ọ̀rúnmìlà para preservarlo, y posteriormente, con ayuda de su mentor Ño Carlos Adé Bí, logró «lavarlo» ritual y simbólicamente en suelo cubano. Aunque esta historia nunca pudo ser confirmada permanece en la leyenda popular de muchos adoradores de Ifá.
La letra del año y su continuidad en manos de sus ahijados
Adeshina contó con el apoyo de varios ahijados que lo ayudaron a establecer esta ceremonia:
- Marcos García – Ifalola Baba Ejiogbe
- Oluguere – Oyeku Méjì
- Eulogio Rodríguez – Tata Gaytán Ogunda Fún
- José Carmen Batista – Obeweñe
- Salvador Montalvo – Okaran Méjì
- Bernardo Rojas – Irete Untendí
En 1902 ocurrió la transición generacional de la letra del año
En 1902, debido a problemas de salud, Adeshina delegó la responsabilidad de la ceremonia a Tata Gaytán, quien contó con el respaldo de los mismos ahijados mencionados, así como otros babalawos importantes:
- Secundino Crucet – Osalo Forbeyo
- Bernabé Menocal – Baba Ejiogbe
- Quintín Lecón García – Otura Niko
- José Asunción Villalonga – Ogunda Masá
Tras el fallecimiento de Adeshina en 1905 (algunas fuentes indican 1906), Bernardo Rojas se convirtió en su sucesor, continuando la Letra del Año bajo la tutela de Tata Gaytán.
Expansión discreta entre 1948 y 1952
Durante 1948 a 1952, la ceremonia ganó impulso, al sumarse más babalawos como:
- Juan Antonio Ariosa – Ogbe Tuá
- Tatica – Obara Rete
- Joaquín Salazar – Osalo Fogbeyo
- Cornelio Vidal – Ogbe Shá
- Miguel Febles – Odi Ká
- Aurelio Estrada (Babel) – Baba Èjìogbé
La práctica seguía realizándose con suma discreción, dado que estas creencias eran penalmente perseguidas en ese entonces.
1959, la nueva era con Joaquín Salazar y Dr. José Herrera
El 9 de mayo de 1959 falleció Bernardo Rojas. Le sucedió el Dr. José Herrera, quien heredó las deidades de Adeshina y la responsabilidad de la ceremonia, si bien Joaquín Salazar, como Babalawo mayor y oba de la rama, asumió la dirección de la Letra del Año, manteniendo su rigor y tradición.
Datos históricos del Sistema Ifá y los babalawos
Ifá es un complejo sistema religioso adivinatorio de la cultura yorùbá, inscrito por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de Nigeria. Los babalawos utilizan herramientas como el opele o las semillas de ikin para consultar los 256 odu de Ifá, que ofrecen enseñanzas sobre el destino, la salud y desafíos del periodo para el cual se realiza la adivinación.
La letra del año en el contexto sociopolítico en Cuba
Desde sus inicios, la práctica de la Letra del Año fue clandestina y cuidadosa, especialmente durante gobiernos que penalizaban las religiones de ascendencia africana. La discreción fue vital para su preservación y continuidad, siendo transmitida de generación en generación en un círculo reducido de sacerdotes.
Legado contemporáneo de la letra del año
Hoy en día, la ceremonia de la letra del Año se consolida con estructuras organizadas, como la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y la Comisión Organizadora de la Letra del Año Miguel Febles. Ambas presentan sus propias lecturas de la Letra del Año cada fin de año, promoviendo la tradición en la Cuba contemporánea.
Conclusión
La Letra del Año en Cuba es una tradición ancestral profundamente rica, con raíces que se hunden en la resistencia espiritual y cultural de la diáspora yoruba. Iniciada por Remigio Herrera (Adeshina) a finales del siglo XIX, la ceremonia ha pasado por diversas etapas, liderada luego por figuras como Tata Gaytán, Bernardo Rojas, Joaquín Salazar y Dr. José Herrera. A pesar de las adversidades, ha logrado perdurar y evolucionar, hasta convertirse hoy en símbolo de identidad religiosa y cultural para la comunidad afrocubana.
El perfume de la buena suerte
Ritualizado por Osha Spirit
Un perfume exclusivo creado para atraer la buena fortuna, el amor y la prosperidad. Su fragancia única, enriquecida con esencias ritualizadas, convierte cada aplicación en un acto de manifestación positiva.
By Erick Mora
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La letra del año una tradición ancestral que perdura.
La Letra del Año es una ceremonia de gran importancia dentro de la religión Yorùbá que se practica en Cuba desde finales del siglo XIX. A través de esta ceremonia, los babalawos consultan el oráculo de Ifá para recibir mensajes y recomendaciones espirituales que guíen a la comunidad durante el nuevo año. Esta tradición ha sido clave para preservar el legado africano en la isla, aún frente a la represión social y política.
Orígenes de Remigio Herrera “Adeshina”
El primero en realizar la Letra del Año en Cuba fue Ño Remigio Herrera, conocido en el mundo religioso como Adeshina — Obara Méjì, de origen africano. Llegó a Cuba como esclavo alrededor de 1830 y se convirtió en una piedra angular del mantenimiento del oráculo Ifá en la diáspora.
Históricamente se reconoce que, aunque no se precisa la fecha exacta, fue a finales del siglo XIX cuando Adeshina realizó la primera lectura de la Letra del Año en la isla.
Una narración característica detalla cómo, antes de su esclavitud, Adeshina se tragó el fundamento del orisha Ọ̀rúnmìlà para preservarlo, y posteriormente, con ayuda de su mentor Ño Carlos Adé Bí, logró «lavarlo» ritual y simbólicamente en suelo cubano. Aunque esta historia nunca pudo ser confirmada permanece en la leyenda popular de muchos adoradores de Ifá.
La letra del año y su continuidad en manos de sus ahijados
Adeshina contó con el apoyo de varios ahijados que lo ayudaron a establecer esta ceremonia:
- Marcos García – Ifalola Baba Ejiogbe
- Oluguere – Oyeku Méjì
- Eulogio Rodríguez – Tata Gaytán Ogunda Fún
- José Carmen Batista – Obeweñe
- Salvador Montalvo – Okaran Méjì
- Bernardo Rojas – Irete Untendí
En 1902 ocurrió la transición generacional de la letra del año
En 1902, debido a problemas de salud, Adeshina delegó la responsabilidad de la ceremonia a Tata Gaytán, quien contó con el respaldo de los mismos ahijados mencionados, así como otros babalawos importantes:
- Secundino Crucet – Osalo Forbeyo
- Bernabé Menocal – Baba Ejiogbe
- Quintín Lecón García – Otura Niko
- José Asunción Villalonga – Ogunda Masá
Tras el fallecimiento de Adeshina en 1905 (algunas fuentes indican 1906), Bernardo Rojas se convirtió en su sucesor, continuando la Letra del Año bajo la tutela de Tata Gaytán.
Expansión discreta entre 1948 y 1952
Durante 1948 a 1952, la ceremonia ganó impulso, al sumarse más babalawos como:
- Juan Antonio Ariosa – Ogbe Tuá
- Tatica – Obara Rete
- Joaquín Salazar – Osalo Fogbeyo
- Cornelio Vidal – Ogbe Shá
- Miguel Febles – Odi Ká
- Aurelio Estrada (Babel) – Baba Èjìogbé
La práctica seguía realizándose con suma discreción, dado que estas creencias eran penalmente perseguidas en ese entonces.
1959, la nueva era con Joaquín Salazar y Dr. José Herrera
El 9 de mayo de 1959 falleció Bernardo Rojas. Le sucedió el Dr. José Herrera, quien heredó las deidades de Adeshina y la responsabilidad de la ceremonia, si bien Joaquín Salazar, como Babalawo mayor y oba de la rama, asumió la dirección de la Letra del Año, manteniendo su rigor y tradición.
Datos históricos del Sistema Ifá y los babalawos
Ifá es un complejo sistema religioso adivinatorio de la cultura yorùbá, inscrito por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de Nigeria. Los babalawos utilizan herramientas como el opele o las semillas de ikin para consultar los 256 odu de Ifá, que ofrecen enseñanzas sobre el destino, la salud y desafíos del periodo para el cual se realiza la adivinación.
La letra del año en el contexto sociopolítico en Cuba
Desde sus inicios, la práctica de la Letra del Año fue clandestina y cuidadosa, especialmente durante gobiernos que penalizaban las religiones de ascendencia africana. La discreción fue vital para su preservación y continuidad, siendo transmitida de generación en generación en un círculo reducido de sacerdotes.
Legado contemporáneo de la letra del año
Hoy en día, la ceremonia de la letra del Año se consolida con estructuras organizadas, como la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y la Comisión Organizadora de la Letra del Año Miguel Febles. Ambas presentan sus propias lecturas de la Letra del Año cada fin de año, promoviendo la tradición en la Cuba contemporánea.
Conclusión
La Letra del Año en Cuba es una tradición ancestral profundamente rica, con raíces que se hunden en la resistencia espiritual y cultural de la diáspora yoruba. Iniciada por Remigio Herrera (Adeshina) a finales del siglo XIX, la ceremonia ha pasado por diversas etapas, liderada luego por figuras como Tata Gaytán, Bernardo Rojas, Joaquín Salazar y Dr. José Herrera. A pesar de las adversidades, ha logrado perdurar y evolucionar, hasta convertirse hoy en símbolo de identidad religiosa y cultural para la comunidad afrocubana.
El perfume de la buena suerte
Ritualizado por Osha Spirit
Un perfume exclusivo creado para atraer la buena fortuna, el amor y la prosperidad. Su fragancia única, enriquecida con esencias ritualizadas, convierte cada aplicación en un acto de manifestación positiva.
By Erick Mora